De ella, ahora que nos ha dejado, la innegable herencia de su voz, su calidez, que pervive como un ave fénix esperando a consagrar la suya propia. E infinita bondad, hiriente hasta cierto punto. Transcurren los años y su hijo , Pablo López Ramírez, mi padre -o eso dice mi madre- continúa y hace costumbre el teatro como actor en la compañía profesional “Teatro para un instante” en la que es actor de múltiples obras con buenas y excelentes críticas. Actualmente dirige varias compañías. Nadie en la vida podría haber dado tanto amor por el teatro sin pretender llevarse nada a cambio. Mi padre, aparte del amor que me ha profesado, me inició en la musica y en el teatro, y gracias a él he desarrollado esta sensibilidad. Pero en ese sentido no hay que dejar atrás a mi madre, pues siendo abogada laboralista de profesión ha compaginado el teatro desde que conoció a mi padre, como no, haciendo teatro cuando eran jóvenes. Ella me ha permitido cada paso que he querido dar para desarrollarme en este mundo, que sebtorna una quimera siendo de familia humilde y trabajadora desde tiempos ancestrales, y ha incentivado del mismo modo este gusto , tanto que su amor parece no tener límites.