En la amarillenta luz del humo y el alcohol, cuatro personajes, como las cuatro esquinas del mundo: dos hombres, una mujer, y el tabernero que los sirve. Son seres indefinidos que conforman un grupo proteico donde las identidades personales se intercambian sin que en ellos prevalezcan rasgos, edad, condición. Conversan sin fin, paseándonos por el filo del abismo.
Y es así como la presente novela extiende sus tentáculos al lector, provocando el efecto de una posesión. Con inteligencia y sutileza, el autor ha sabido infundir presencia contagiosa en cada uno de los personajes, desde un displicente Pablo, a una sensual Mercedes y un dubitante y contradictorio Manuel, observados en la penumbra por Félix, el tabernero. Van pasando así los acontecimientos que narran, al par que adensándose la atmósfera. Pero cualquiera de ellos puede ser “el otro”, “la otra”. Es una acechanza permanente, un vértigo, la pasión desvelada en el silencio límite de las altas horas.
Tal vez el lector, una vez comenzada tan incierta y controvertida novela, no pueda desistir de seguir leyéndola y quede atrapado por su efecto extraño y turbador.
En la amarillenta luz del humo y el alcohol, cuatro personajes, como las cuatro esquinas del mundo: dos hombres, una mujer, y el tabernero que los sirve. Son seres indefinidos que conforman un grupo proteico donde las identidades personales se intercambian sin que en ellos prevalezcan rasgos, edad, condición. Conversan sin fin, paseándonos por el filo del abismo.
Y es así como la presente novela extiende sus tentáculos al lector, provocando el efecto de una posesión. Con inteligencia y sutileza, el autor ha sabido infundir presencia contagiosa en cada uno de los personajes, desde un displicente Pablo, a una sensual Mercedes y un dubitante y contradictorio Manuel, observados en la penumbra por Félix, el tabernero. Van pasando así los acontecimientos que narran, al par que adensándose la atmósfera. Pero cualquiera de ellos puede ser “el otro”, “la otra”. Es una acechanza permanente, un vértigo, la pasión desvelada en el silencio límite de las altas horas.
Tal vez el lector, una vez comenzada tan incierta y controvertida novela, no pueda desistir de seguir leyéndola y quede atrapado por su efecto extraño y turbador.
En la amarillenta luz del humo y el alcohol, cuatro personajes, como las cuatro esquinas del mundo: dos hombres, una mujer, y el tabernero que los sirve. Son seres indefinidos que conforman un grupo proteico donde las identidades personales se intercambian sin que en ellos prevalezcan rasgos, edad, condición. Conversan sin fin, paseándonos por el filo del abismo.
Y es así como la presente novela extiende sus tentáculos al lector, provocando el efecto de una posesión. Con inteligencia y sutileza, el autor ha sabido infundir presencia contagiosa en cada uno de los personajes, desde un displicente Pablo, a una sensual Mercedes y un dubitante y contradictorio Manuel, observados en la penumbra por Félix, el tabernero. Van pasando así los acontecimientos que narran, al par que adensándose la atmósfera. Pero cualquiera de ellos puede ser “el otro”, “la otra”. Es una acechanza permanente, un vértigo, la pasión desvelada en el silencio límite de las altas horas.
Tal vez el lector, una vez comenzada tan incierta y controvertida novela, no pueda desistir de seguir leyéndola y quede atrapado por su efecto extraño y turbador.
Benito José Calisto. Ceuta 1950. Pintor que pinta lo que nadie puede pintar, escritor que escribe lo que nadie es capaz de escribir. Doctor en Farmacia, especialista y analista clínico de la Seguridad Social y excoordinador jefe del laboratorio de Bioquímica del granadino Hospital Universitario Virgen de las Nieves, ha expuesto en Guadix su obra pictórica Pez volador de pico rojo, en Shangai la colección Tigre verde con corazón azul en la Pantocrator Gallery, en Motril su Pulpo al gusto relleno de besos, en Jaén su Oasis de perdición; en Granada su Alucinación mental causa siempre asombro por su constante mutación, y Kama-Sutra, exposición que origina en el público sensaciones únicas. Como poeta, ha publicado una antología poética en tres tomos: Rojo pasión, Azul cielo- azul mar y Verde amarillo locura; la trilogía de las mariposas: La princesa Loca, Paja mental y Oasis de perdición y los poemarios Nunca estuve en Nueva York y Púrpura, dulce pubertad. La taberna, En busca de las joyas de la abuelita, Parker 45 y Torcuata Fandila son obras del autor en prosa.
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