Por un momento pensé
que el tiempo
iba naciendo en la caducidad,
había que inventar
lo que hacer mañana:
amar, no amar;
perder o ganar.
El olvido era la llave
única y exclusiva
para abrir
la puerta de la mentira.
Y era feliz.
Por un momento pensé
que el tiempo
iba naciendo en la caducidad,
había que inventar
lo que hacer mañana:
amar, no amar;
perder o ganar.
El olvido era la llave
única y exclusiva
para abrir
la puerta de la mentira.
Y era feliz.
Por un momento pensé
que el tiempo
iba naciendo en la caducidad,
había que inventar
lo que hacer mañana:
amar, no amar;
perder o ganar.
El olvido era la llave
única y exclusiva
para abrir
la puerta de la mentira.
Y era feliz.
Benito José Calisto. Ceuta 1950. Pintor que pinta lo que nadie puede pintar, escritor que escribe lo que nadie es capaz de escribir. Doctor en Farmacia, especialista y analista clínico de la Seguridad Social y excoordinador jefe del laboratorio de Bioquímica del granadino Hospital Universitario Virgen de las Nieves, ha expuesto en Guadix su obra pictórica Pez volador de pico rojo, en Shangai la colección Tigre verde con corazón azul en la Pantocrator Gallery, en Motril su Pulpo al gusto relleno de besos, en Jaén su Oasis de perdición; en Granada su Alucinación mental causa siempre asombro por su constante mutación, y Kama-Sutra, exposición que origina en el público sensaciones únicas. Como poeta, ha publicado una antología poética en tres tomos: Rojo pasión, Azul cielo- azul mar y Verde amarillo locura; la trilogía de las mariposas: La princesa Loca, Paja mental y Oasis de perdición y los poemarios Nunca estuve en Nueva York y Púrpura, dulce pubertad. La taberna, En busca de las joyas de la abuelita, Parker 45 y Torcuata Fandila son obras del autor en prosa.
Valoraciones
No hay valoraciones aún.